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  • Foto del escritorLucky Lux

El artista: su obra y su persona

Más de una vez hemos oído lo de separar al artista de su obra, pero ¿qué es el artista? ¿Cómo se separa esta “máscara” de una persona? Y ¿Cómo influye su obra en todo esto?

Últimamente, ante cualquier escándalo protagonizado por alguien de la industria musical, surgen tres corrientes:


  1. Cancelar a la persona (propio del reciente auge de la llamada “cultura de la cancelación”)

  2. Pedir separar al artista de su obra

  3. Ignorar todo lo anterior y hacer oídos sordos hacia dicho escándalo


Y yo me pregunto ¿hay opción correcta e incorrecta? ¿Qué se debe hacer ante un caso así?

Pongamos un ejemplo que es relativamente reciente y conocido: Chris Brown y Rihanna (que de manera muy resumida para aquellos que no lo sepan, Chris Brown le propinó una brutal paliza a Rihanna).

Poniendo que yo fuese fan de Chris Brown y su música, ante este hecho ¿debería privarme yo del placer que me da su música por él ser un gilipollas? ¿O quizá debería seguir escuchándola sabiendo que estoy haciendo ganar dinero a un maltratador?


Decidiendo que intentase separar al artista de su obra ¿eso qué es y cómo se hace? No sé vosotros, pero yo he llegado a la conclusión de que no se puede, no hay tal procedimiento en mi opinión. Esa persona con tan poco seso ha escrito esa canción que tanto te gusta, y no hay más. El artista es la persona, lo único es que hay veces que canta y hay veces que pega a su exnovia, no hay una transformación mágica entre una acción y otra, y el separar el artista de su obra no es más que una acción que a mi parecer simplemente pretende tranquilizar conciencias para que cuando escuches una canción de dicho artista no te sientas mal, porque tu no estás escuchando al maltratador, no, estás escuchando al artista, a su música, su obra, como si de ninguna manera esto tuviese conexión con lo anterior. Pero es que por mucho que tu separes al artista de su obra, el dinero de su disco que te acabas de comprar, no va a ir sólo a la parte que canta, sino a la persona en su totalidad, a la parte que hace musiquita y a la que te parece deplorable.


En cuanto a qué se debe hacer ante un caso así, yo no tengo respuesta. Lo que sí sé, es que elijas lo que elijas, serás criticado, justo por lo anterior, porque no hay respuesta correcta (o consenso sobre cuál es la respuesta correcta) y porque habrá gente que siempre piense que la opción que has elegido es la errónea (a parte del evidente gusto por criticar de gran parte de la humanidad).

La conclusión que saco de todo esto, es que, si hubiésemos cancelado a cada artista gilipollas o que la ha cagado, tendríamos muchísimas menos obras maestras, también hay que pensar en que algunos se arrepienten y se reforman y otros defienden todo lo que han hecho hasta el fin, me parece algo muy a tener en cuenta, todos tenemos derecho a cambiar y aprender. Pero al final del día, aunque alguien sea un verdadero maestro en su campo (artístico o no), no tenemos que bailarles el agua, nadie es intocable, y si hay alguien que necesita que le pregunten si piensa antes de hablar, se le debe preguntar, porque ni todo el talento del mundo te da derecho a ir por encima de nadie, y eso se aprende antes o después, de mejor o de peor manera, pero siempre se aprende.

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